Ni viejecita ni muchachita

La dura realidad de las mujeres que ni son tan adultas para recibir la pensión, ni tan jovencitas para tener un trabajo.

Imagina trabajar 22 años de tu vida en una multinacional como recepcionista, estar acostumbrada a un ritmo de trabajo, el salario no es desagradecido. Tienes 48 años y las nuevas tecnologías se hacen difíciles de entender, pero lo intentas, tomas cursos, preguntas. Sin embargo, un día te llama el jefe de zona y te dice que habrá reducción de personal, que muchas gracias por todo y así sin más eres una desempleada más.

Blanca Inés Herrera García, llegó a los 18 años a la capital colombiana, es de Barrancabermeja Santander y desde que llegó buscó la manera de salir adelante. En 1996 empezó a trabajar en una firma de auditoría y revisión fiscal, luego de 22 años su tiempo en esta empresa se acabó. A esto le siguió una indemnización de 60 millones de pesos por el despido sin justa causa. En 22 años y una vida tan rutinaria en la que solo respondías a lo que los superiores te pedían, enfrentarse de nuevo al mundo y con 60 millones sin tener ni un mínimo conocimiento por la administración, existieron diferentes intentos de negocio y ahora dos años después la situación de Blanca no es muy alentadora.

Tras quedar desempleada e intentar crear diferentes modelos de negocio, como un local de comidas rápidas, vender vasos con yogurt a domicilio; Blanca después de muchos años empieza de nuevo a enviar hojas de vida, solo que ella sabe que no tiene 20 años y será muy difícil que la contraten, sin embargo, lo intenta, pero son intentos fallidos. En las empresas le han dicho múltiples excusas para no contratarla. La primera es la edad, dicen que no aceptan a personas mayores de 40 años, que tiene demasiada experiencia y está sobre valorada para el salario que le pueden pagar, a ella no le importa necesita hacer algo ya que estar en la casa la estresa, nunca fue ama de casa.
En una de las muchas convocatorias que realiza la secretaría de trabajo en Bogotá, a Blanca le dijeron “señora, es difícil que usted consiga un trabajo con prestación de servicios, le recomendamos que se inscriba a los cursos que realiza permoda, son gratuitos y además capacitan a mujeres de todas las edades para que puedan trabajar desde sus hogares”.Tras quedar desempleada e intentar crear diferentes modelos de negocio, como un local de comidas rápidas, vender vasos con yogurt a domicilio; Blanca después de muchos años empieza de nuevo a enviar hojas de vida, solo que ella sabe que no tiene 20 años y será muy difícil que la contraten, sin embargo, lo intenta, pero son intentos fallidos. En las empresas le han dicho múltiples excusas para no contratarla. La primera es la edad, dicen que no aceptan a personas mayores de 40 años, que tiene demasiada experiencia y está sobre valorada para el salario que le pueden pagar, a ella no le importa necesita hacer algo ya que estar en la casa la estresa, nunca fue ama de casa.

Ilustración por: Nataly Mostacilla

En una sociedad que no tiene suficientes vaacantes para las mujeres como Blanca el negocio desde casa termina siendo la mejor opción. El problema del desempleo no solo genera escases en los hogares sino estrés y depresión para las personas que han estado acostumbradas a trabajar, el encierro y el sentir que no son útiles aumenta en muchos casos la ansiedad provocando ambientes tensos en los hogares.

Realizado por: Nataly Mostacilla

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